Cumplir los buenos pronósticos es emocionante, pero sobreponerse a los malos es mucho más especial. Y eso es lo que está haciendo ahora mismo Caribes de Anzoátegui en la LVBP, cuando se cumple la mitad del calendario. Para muchos estaban destinados a su cuarta eliminación consecutiva, porque están en proceso de reestructuración y los últimos dos años han sido muy difíciles, pero la historia ha sido muy distinta.
“La tribu” rejuveneció sus filas, pero también sumó piezas de mucha experiencia que le han dado un equilibrio ideal, apoyando de la mejor manera el liderazgo de Balbino Fuenmayor, quién ya ha sido distinguido un par de veces como Jugador de la Semana y además recientemente se sumó al Top10 de los máximos jonroneros en la historia del beisbol venezolano. Ahí, en ese equilibrio entre juventud y experiencia, está la clave de su éxito.
Ofensivamente podríamos decir que tienen una producción similar a la del año pasado cuando batearon para .283, pero es que la liga es diferente. En 2024 ese promedio resultó el segundo más bajo del circuito, mientras que el .284 que tienen ahora mismo es el segundo más alto, sólo superado por el .296 de Leones. Al igual que el año pasado tienen a cuatro jugadores por encima de .300, sí, no están José Fernandez ni Andruw Monasterios, pero han dado un paso al frente el campocorto Antonio Pinero (.337) y el antesalista Carlos Mendoza (.333). Además, llegó el siempre rendidor Hernán Pérez (.323), que se ha convertido en una pieza clave porque más allá de la ofensiva, ha sido la defensa la que tiene a Caribes en un lugar distinto al del año pasado.
Podríamos hablar de su pitcheo, cuya efectividad colectiva pasó de 5.94 (la peor del circuito) a 4.15, la tercera mejor del año hasta el momento. Pero, si analizamos su FIP (Pitcheo Independiente de Fildeo) nos daremos cuenta que es de 4.72, el más alto de la liga. Y es que los lanzadores de “la tribu” son segundos en boletos (103) y últimos en ponche (154), no son del todo dominantes, embasan muchos jugadores, solo que eso no se traduce en carreras porque producen muchos roletazos para dobleplay y su defensa ha sido de élite.
A diferencia del año pasado cuando lideraron la liga en errores (55), en esta contienda los anzoatiguenses han tenido una defensa de élite. Su promedio de fildeo de .980 es el segundo mejor del circuito y sus 18 errores son la menor cantidad permitida por un equipo hasta ahora. Y es ahí donde volvemos a Hernán Pérez. El infielder tiene un promedio de fildeo perfecto, no ha cometido pifias y ha guiado con excelencia al resto de los jugadores del cuadro.
Caribes es líder del torneo en dobleplays (36) y apenas ha permitido que le roben 13 bases. Mantienen control absoluto del rival que tienen en las almohadillas y eso impacta directamente en la cantidad de carreras que permiten. Ahí ha estado la clave de este giro inesperado.
