La pregunta es inevitable. La hacen los aficionados, particularmente en estos tiempos de cercanía mundialista y en los que la gente ya procura conseguir a sus nuevos ídolos. Es muy humana esta actitud, porque hasta con los héroes de cada época hay cansancio, agobio, hasta fastidios de mirarlos a cada instante en los medios de comunicación. Reseñas, crónicas, entrevistas, publicidades; al final de la jornada, paren, paren con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Miremos hacia otras verdades, aunque cueste quitarse de encima a los dos hombres que han llenado la época reciente y de la que el fútbol comienza a salir. Pero ¿quiénes están de aquel lado del río? Messi y Cristiano han tenido la virtud de haber saltado la fugacidad para darle crédito a la permanencia, cualidad que no sabemos si los que llegan también tendrán. En todo esto asoma, como factor fundamental, la manera en que son llevados los jugadores, y si su categoría da para mantenerlos en el estrado de los imprescindibles…
Ante tal necesidad de erigir idolatrías se han mencionado nombres sonoros; por ejemplo, Vinicius, a quien los medios brasileños, siempre tan desmedidos con los suyos como los argentinos con los gauchos, lo dan como “o maior do mundo”. Se habló en un momento de Jude Bellingham, inglés de fina estampa, y en los días más cercanos los catalanes elevan a Lamine Yamal como “la hostia”. No obstante, nos parece que ninguno de ellos podrá ir más lejos que Kylian Mbappé. Verlo es disfrutar de un fútbol amplio, por técnica individual o potencia, sobre todo potencia, ante la que da la impresión de que los zagueros adversarios tiemblan al sentirlo llegar. Por eso no es solo su maná de goles, sino su presencia, su porte, su desplazamiento, su fútbol total. Con Mbappé se responde a aquella pregunta del comienzo…
Outsiders: el deporte es a menudo el reino de los favoritos. Casi siempre gana uno de ellos, y entonces estalla, como fuegos de artificio, el festejo popular. Mas, no siempre es así. A veces asoma uno en el que pocos cuentan, y entonces, mientras algunos lo miran con cara larga, otros., los inconformes, se regocijan con el nacimiento de un nuevo héroe. Acaba de suceder en la Serie Mundial. Salió desde la cueva, tomó el bate y, con cuenta de 3 y 2, envió la bola al nunca jamás. Era Miguel Rojas, un poco nombrado venezolano que tipificó a plenitud al outsider del beisbol. Entonces, pensamos: ¿quiénes serán los del Mundial de 2026?, aparecerán algunos, como Emiliano Martínez, el arquero argentino en Catar 2022, parando penales imposibles. Los inesperados son parte importante del deporte, especialmente porque no se cuenta con ellos.
Nos vemos por ahí.
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