Hay nombres que con solo verlos te hacen pensar en un equipo, a veces no porque tengan toda la vida ahí, sino porque su compromiso ha sido tal que el lazo que han construido es indestructible. Ese es el caso de Wilfredo Tovar con los Leones del Caracas. El infielder, de 34 años de edad, juega su campaña 14 en el béisbol venezolano, la décima con los capitalinos. Y -en honor a la verdad- ha tenido un arranque increíble.
Luego de un par de campañas en las que su promedio al bate fue de un poco más .260 puntos, Wilfredo se ha reencontrado con su mejor versión, esa que vimos entre 2020 y 2022, cuando bateó siempre por encima de .300 y fue bujía para los capitalinos. Quizás es el hecho de saber que el año pasado se quedaron cortos y, en líneas generales, se han venido a menos después de ganar en la 2022-2023 con un equipo que parecía diseñado para instalar una dinastía.
«Mi compromiso es el mismo de todos los años, no tengo en mente mis registros personales, solamente quiero estar en base para anotar carreras y ayudar al equipo en todo lo que necesite», dijo recientemente, en unas declaraciones reseñadas en este medio. Y sí, la verdad es que esa siempre ha sido su línea, jugar para el equipo.
Wilfredo se estrenó en la LVBP en la campaña 2012-2013, con Navegantes del Magallanes, si, ese que los últimos 10 años ha sido su eterno rival. Pero solo disputó tres compromisos ese año y luego se unió a los Bravos de Margarita. En 2013 volvió a La Nave y en 2014 a los insulares, pero en ninguno de los equipos tuvo la oportunidad de ser un jugador de todos los días. Ese objetivo lo cumplió en la 2016-2017, ya con 25 años, vistiendo el uniforme de los Leones del Caracas, sin lugar a dudas, el equipo de sus amores. Leones le dio oportunidad, protagonismo, respaldo y el respondió con compromiso y lealtad. 10 años han pasado desde entonces. Y parece que está en su mejor momento.
Ahora mismo, cuando se disputa la tercera semana del campeonato, Wilfredo batea para un astronómico promedio de .486 que lo distingue como el líder bate del campeonato. Su perseguidor más cercano es su compañero de equipo Victor Bericoto que liga para .458. Está más que cómodo en el home, leyendo bien la zona de strikes y jugando para el equipo. Con una madurez que da cuenta del camino recorrido, pero con la misma pasión de cuando se vistió de melenudo por primera vez.









