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Pero, por muy rico, Donald Trump no pudo ser el cátcher de los Phillies

Una tarde de 1864, el Presidente número 16 de Estados Unidos, Abraham Lincoln, jugaba al beisbol con amigos, cuando llegó un empleado de la Casa Blanca, y le dijo:

“Presidente, de su despacho le informan que un caso muy importante requiere su atención”.

Lincoln, quien había oído bate en mano, respondió:

“Para mí, en este momento no hay nada más importante que este juego de pelota. Cuando lo terminemos, iré a ver qué ocurre allá”.

A los 18 años ya era multimillonario

Howard Taft, había sido valioso segunda base en sus años de estudiante. Y ya como el Presidente número 27 de USA, fue el primero en ese cargo que soltó un lanzamiento inicial en Grandes Ligas. Ocurrió cuando los Senadores inauguraron, en Washington, la temporada de 1910, el 14 de abril, con los Atléticos de Philadelphia de visita.

Ronald Reagan, presidente número 40, había sido narrador de los juegos de los Cachorros en la década iniciada en 1930, y después, actor de cine. Apareció en 32 películas.

Y Donald Trump hubiera sido slugger y cátcher de los Phillies, en vez del presidente 45 y 47 de Estados Unidos.

No pudo, porque, a los 18 años, ya, con sus cuatro hermanos, era multimillonario, gracias a los negocios de bienes raíces que habían creado sus padres, Fred y Mary Anne.

Donald fue tan buen estudiante, como cátcher y bateador de poder. Amaba al beisbol.

Cuando su mánager, Theodore Dobias, le dijo que había dos equipos interesados en firmarlo, los Phillies y los Medias Rojas, se sintió la persona más feliz de este mundo.

Pero siguió una reunión con papá Fred y mamá Mary Anne, quienes, le hicieron ver:

“Lo que necesitamos en esta casa, no es un pelotero con sueldito de hambre, sino un experto en manejar nuestra fortuna, para que se multiplique y sea el seguro de la familia. Así que, en vez de jugar pelota, ¡a estudiar, querido Donald!

El sueldo mínimo en las Mayores, eran seis mil dólares por temporada, mil mensuales.
Y aquel extraordinario slugger Carl Yastrzenski, después que había sacado 114 jonrones en tres campañas, cobró 30 mil dólares por la temporada, en 1964.

Al cátcher regular de los Phillies, Clay Dalrimple, quien no era buen bate, le pagaban 15 mil dólares por campaña.

Sí, Trump se dedicó entonces solo a estudiar economía, negocios, manejo de dinero en grandes cantidades.

Estuvo antes en la Academia Militar de Nueva York, de donde pasó a la Universidad de Fordham, hasta 1968.

En el libro, The games do count, de Brian Kilmeade, dice Trump:

No olvido el primer día que vi mi nombre en un periódico. Ocurrió en 1964, en un pequeño diario local, cuando conecté jonrón para que nuestra Academia le ganara un juego a Cornwall High School. El titular decía: `Trump sacó la bola para ganar el juego’.

“A excepción de mi familia, todos a mi alrededor suponían que yo sería pelotero de Grandes Ligas. En la Academia Militar era el capitán del equipo, es decir, el mejor jugador.”.

En 1963, el mánager de los Phillies era Gene Mauch, quien pidió a sus scouts declararse en misión, porque ese año terminaron con récord de 87-75, cuartos en la Liga Nacional, a 12 juegos de los campeones, Dodgers de Los Ángeles.

Mauch declaró en emergencia a varias posiciones, para ser ocupadas por talento joven y valioso.

Cuando se refirió al cátcher, sugirió que se firmara a algún joven con poder al bate, para que comenzara 1964 en las menores, y fuera subido a media campaña.

Hasta su muerte, en 2005, Mauch conservó el reporte de uno de sus scouts, acerca de Trump, en 1964. Y lo dio a conocer. Decía:

“Donald Trump, 18 años, nacido el 14 de junio de 1946. Con temperamento y conocimientos como cátcher, para dirigir exitosamente cualquier rotación. Tiene buenas manos para recibir y brazo potente y educado.

“Al bate, es buen chocador de nacimiento, igual que ha exhibido poder, como para sacar unos 30 a 40 jonrones por temporada en Grandes Ligas”.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

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