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Cómo entrenar tu mente en la solución de problemas

Puntos principales:

  • Son muchos los emprendedores que tienden a ponerse en el papel de víctimas y culpar a los demás de todas las dificultades que enfrentan.
  • El problema de buscar culpables todo el tiempo es que nos desenfoca, nos quita energía e impide el desarrollo de nuestro potencial.
  • Para evitar caer en la mentalidad del fracaso, cada vez que tengas un problema es mejor cambiar la perspectiva, abrazar nuestras imperfecciones y preguntarnos qué podemos aprender.

Los mejores líderes han aprendido que la mayoría de los problemas tienen una solución y que, además, son los principales responsables de encontrarla y ejecutarla. Sin embargo, son muchos los emprendedores que tienden a ponerse en el papel de víctimas y culpar a los demás de todas las dificultades que enfrentan; en este caso, clientes, proveedores o socios.

Así que si en ocasiones tiendes a buscar culpables para todos tus problemas, necesitas desarrollar la capacidad de pensamiento “asertivo”, el cual te permitirá mantener el equilibrio emocional en todo momento, analizar con objetividad cada situación y dar las respuestas más convenientes para ti y para tu entorno.

El problema de buscar culpables todo el tiempo es que nos desenfoca, nos quita energía e impide el desarrollo de nuestro potencial. Pero, ¿cómo salir de esa trampa? Aquí te compartimos las cinco estrategias más efectivas para entrenar la mente en la resolución de problemas.

#1. No hagas suposiciones

Una de las principales razones por las que culpamos a los demás de nuestros problemas es que agregamos a los hechos una carga enorme de suposiciones, interpretaciones y juicios que, muchas veces, no tienen nada que ver con la realidad. Y, lo peor de todo, es que luego tomamos decisiones sobre la base de todas esas inferencias.

La próxima vez que tengas que solucionar algo, encara la situación desde un punto de vista neutral, o al menos plantéate hacerlo desde otra perspectiva. Si te cuesta mucho hacerlo, habla del tema con alguien en quien confíes por su nivel de inteligencia emocional, y escucha qué tiene para decirte. La idea es abrir la cabeza y abandonar las preconcepciones que siempre tenemos acerca de todo.

#2. Evita caer en la mentalidad de fracaso

¿De qué se trata esta mentalidad del fracaso? En encontrar una vía rápida para escapar de los problemas al negarlos o culpar a los demás de todo lo que nos sucede. Muchas veces hacemos esto de manera automática, por lo que este patrón de pensamiento no sólo nos impide crecer, sino que nos desgasta y nos vuelve menos flexibles.

Para modificar esta mentalidad, y no caer en comportamientos repetitivos, empieza por conectarte contigo mismo, analizar tus sentimientos y reacciones, y pensar cuál es tu grado de responsabilidad ante lo que te sucede. Confía un poco más en ti, sin culparte por un tipo de mentalidad que es mucho más común de lo que creemos.

Cuando en medio de las dificultades buscamos un sentido más profundo de las cosas
y estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de salir adelante, las culpas desaparecen.

#3. Pregúntate qué puedes aprender

Las personas que se victimizan, y que no asumen ningún grado de responsabilidad sobre sus problemas, se hacen siempre la misma pregunta: “¿por qué me suceden estas cosas siempre a mí?”. La trampa de este planteo es que paraliza e impide hacerse otra pregunta mucho más beneficiosa: “¿para qué?”.

Cuando en medio de una crisis buscamos un sentido más profundo de las cosas, una lección, y estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de salir adelante, las culpas desaparecen. Incluso aquellas que sentimos por nuestro propio comportamiento, equivocaciones y fracasos.

#4. Busca soluciones prácticas

Otra característica de las personas que culpan a los demás de sus problemas es que se enredan en soluciones complejas. Cuando a veces, son más simples de lo que imaginan o las soluciones las tienen enfrente y simplemente no las ven.

Así que la próxima vez, ya no busques culpables ni te sientas una víctima. Simplemente pregúntate: ¿qué funciona?, ¿cómo puedo ayudar a mi cliente a tener un mejor servicio?, o ¿qué necesita mi socio de mí? Como explican los expertos en coaching, el solo hecho de hacerse nuevas preguntas cambia la mirada sobre las cosas y permite descubrir nuevas rutas de acción.

#5. Abraza tu imperfección

Por último, recuerda que no podemos crecer como seres humanos si nos encerramos en nosotros mismos, nos construimos una armadura y nos negamos a colaborar con los demás.

Si queremos tener éxito en nuestra vida personal y en los negocios, tenemos que aceptar que somos seres humanos: aceptar que los errores y fracasos son parte de la vida. Solo abrazando nuestra imperfección mantendremos una buena autoestima, aceptar la retroalimentación de los demás y crecer. Por supuesto, aprende a pedir ayuda cuando la necesites.

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