La tierra, con sus miles de especies vegetales, configura un laboratorio botánico de donde  extraer sustancias con propiedades calmantes, curativas y reparadoras que otorgan una fuente de belleza y bienestar

Aloe Vera. En la Antigüedad los egipcios, los romanos, los griegos, los indios y los chinos le dieron múltiples utilizaciones cosméticas. Se dice que Cleopatra atribuía su belleza a la utilización del gel de aloe. Se dice que Alejandro “El Grande”  conquistó la isla de Socotra, en África, con el propósito de obtener cantidades suficientes de áloe para utilizarlas en la curación de las heridas de los soldados.

Pepino. Es un excelente diurético y depurador, contiene calcio, hierro, fósforo, magnesio, zinc y potasio, este último es un mineral que ayuda a las transmisiones del sistema nervioso. También ayuda a la digestión y a perder peso.

Piña. Fue descubierta en Brasil en el siglo XV por los españoles pero sólo 200 años más tarde se introdujo en Europa y se cultivó en un invernadero. La pulpa de la piña posee un aroma intenso y azucarado, además ejerce una acción desintoxicante. Sus propiedades cosmetológicas se conocen desde hace mucho tiempo. En los países tropicales las mujeres han utilizado su jugo para dar brillo a la piel. La piña hidrata, protege de los radicales libres, drena, tonifica y purifica.

Jojoba. Planta conocida como “el oro del desierto” crece en las regiones desérticas de California y de México. El aceite extraído de las habas es rico en ácidos grasos esenciales y en vitaminas. Las mujeres lo han utilizado desde hace siglos para hidratar la piel y cuidar el cabello.

Camelia. Árbol de hojas perennes originario de Asia. El aceite que se extrae de este árbol posee una sutil fragancia y resulta ideal para hidratar y suavizar la piel.

Papaya. El papayo es un  árbol frutal originario de América Central que se cultiva en las regiones tropicales. Su fruto es la papaya y los curanderos indígenas los utilizaban para tratar las erupciones de urticaria y los problemas de la piel. También tiene propiedades drenantes, descongestionantes y revitalizantes.

Coco. La nuez de coco es el fruto del cocotero. De su pulpa blanca y dura se extrae el aceite de copra de gran utilidad en cosmetología por sus acciones tonificantes y protectoras.

Aguacate: Fruto de origen tropical, su pulpa se utiliza por sus propiedades relajantes y suavizantes.

Mimosa. Árbol entre 6 y 8 metros que crece a una cierta altitud en el sudeste de México. Según la tradición maya, el polvo de la corteza servía para cicatrizar. Hoy algunas firmas lo utiliza para elaborar tratamientos para el cuerpo que suavizan, relajan, reparan y protegen de los rayos solares.

Cristofina. Legumbre muy común en América Latina, principalmente en México y Guatemala. Es rica en componentes activos que curan las quemaduras y facilitan la cicatrización de las heridas y lesiones. También es utilizada en los tratamientos hidratantes y suavizantes para las pieles secas gracias a sus propiedades emolientes, suavizantes e hidratantes.

NOTA: Las plantas llenan de vida los espacios, además de limpiar el aire, incluso cuidarlas te ayudará a relajarte.