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El cambio climático como motor de trastornos psicológicos

En ocasiones, el vocabulario más poético puede encerrar el significado más terrorífico. Esto pasa con la solastalgia, una palabra que al enunciarse murmura como un viento, como si imitaran el balanceo de las olas, un término lleno de nostalgia, pero de una forma abrumadora. Es extraño el entorno que todavía se habita pero que ya no se acepta.

La procedencia de este vocablo se encontró en el cambio climático y las irregularidades mentales que está provocando. Así lo advirtió el informe que publicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios del mes de junio.

Un documento que acentuó cómo las modificaciones en el medio ambiente procedente de la actividad humana están teniendo impactos cada vez más fuertes y duraderos en las poblaciones, perjudicando directa e indirectamente en la salud mental y el bienestar psicosocial.

Conforme al organismo internacional, además de influir desfavorablemente en tantos aspectos de la salud, el cambio climático también irrita muchos factores de riesgo sociales y ambientales que empeoran las enfermedades mentales y crean nuevas afecciones psicológicas. 

El Clima tambien influye en la salud mental

Las catástrofes naturales que se observan cada vez con más regularidad en los ecosistemas, como huracanes que destruyeron los cimientos de muchos hogares, inundaciones que sumergieron comunidades enteras bajo las aguas, incendios forestales que con sus llamas han apagado vidas, arrastran a las poblaciones a la inseguridad y pérdida de su lugar y cultura. 

“Esta zozobra es producto de la destrucción del entorno”, precisó Manuel Ruiz de Chávez, especialista en medicina social del Consejo Directivo de la Fundación UNAM de México. 

Según el titular de la Comisión Nacional de Bioética de la Secretaría de Salud, “el cambio climático intensifica los problemas de derechos humanos. Es el desafío bioético más complejo de nuestro tiempo”.

Como expresó el psicólogo, “el impacto se registra de manera evidente en el desarrollo del estrés postraumático e irritación de trastornos de personalidad en quienes sobrevivieron a eventos catastróficos”.

Sin embargo, los cambios climáticos están también incrementando la incidencia de afecciones tales como la angustia emocional, la depresión, los comportamientos suicidas o el aumento del consumo de alcohol y sedantes. 

En los últimos cincuenta años, cinco millones de personas han sido víctimas de estos peligros contra la salud por causas vinculadas al clima, de acuerdo a la OMS.

La autora principal de un estudio sobre la amenaza del cambio climático en la salud de la población es la chilena, Yasna Palmeiro Silva, quien aseguró que cada vez se despliegan más trastornos psicológicos resultante de esta crisis y que existe una necesidad urgente de actuar ante la aparición de nuevas patologías como el dolor ecológico o la ecoansiedad, padecimiento de algunas personas frente el escenario apocalíptico que presagian las transformaciones del medio ambiente.

Los países que perdieron su primavera y los golpes de calor, “son problemas reales”, garantizó Palmeiro-Silva, especializada en salud global. En Chile ya no tienen cuatro estaciones, ya no hay otoño ni primavera. “Solo existen verano e invierno. 

Un patrón de lo que ocasionó las sensaciones de angustia y miedo que se viven al presenciar cambios que antes no ocurrían con tanta frecuencia y magnitud”, expresó la especialista. “Yo misma sufro ansiedad por lo que estamos viviendo”, añadió.

En medio de los tantos factores ecológicos que influyen en la salud mental, el cambio climático resulta el más visible. Son varios los estudios que señalan la vinculación directa entre las altas temperaturas y la evolución de diversos trastornos psicológicos, así como la diversidad de mecanismos por medio de los cuales las olas de calor impactan en el equilibrio mental. 

Aunque los indicios de este vínculo se empiezan a conocer ahora, una investigación llegó a relacionar el fenómeno anterior con el aumento de posibilidades de ingresar en urgencias por un brote de esquizofrenia o un trastorno bipolar.

Las olas de calor pueden ocasionar estrés, sueño y agotamiento, estimulando la vulnerabilidad e irritabilidad. Sin embargo, entre las consecuencias de las altas temperaturas se precisan, también, la reducción del bienestar emocional, la depresión, el incremento de la agresión, la ansiedad y una mayor angustia psicológica. Además los síntomas clínicos asociados al suicidio.

Otra investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Stanford y la Universidad de California en Berkeley en el 2018 muestran la relación entre el suicidio y el calentamiento. Por cada grado que aumenta la temperatura en México, crece en un 2,1% la tasa de muertes autoprovocadas. El informe, mostrado en la revista Nature, estimó que en el 2050 estas cifras aumentarán en decenas de miles de muertes.

La sensibilidad que presentan ante este fenómeno los pobladores de regiones con climas extremos y con pobreza se multiplican ante los cambios adversos.

 “El exceso de calor, los eventos de precipitación extrema y la acidificación de los océanos cambian los ecosistemas de los que formamos parte, pero impactan de distinta manera en unas poblaciones y otras. Las comunidades pobres son más vulnerables por no tener acceso a la salud”, concluyó la chilena.