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El cambio climático también amenaza las economías mundiales

Entender el efecto que producen los factores climáticos en la economía es crucial para avanzar hacia al descarbonización de la misma. Si bien se trata de una necesidad venidera, lo realmente importante es que estas transformaciones sean productivas.

Hervé Chatot y Gaël Binot, gestores de renta fija y especialistas en ESG (corresponden en inglés, a las palabras Enviromental, Social y Governance) de La Française AM, revelaron que existen dos categorías principales de riesgos climáticos: físicos y de transición.

Por una parte, confirman los expertos, los riesgos físicos están atados con los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes naturales. Y por otra, los riesgos de transición están relacionados con las posibles pérdidas económicas derivadas del cambio a una economía baja en carbono.

Incluyen el riesgo de política climática o lo que es también pérdida de ingresos, los impuestos sobre el carbono que significa precios más altos de este producto, los cambios en la tecnología y en la demanda, del marrón al verde. Los especialistas ahondan en cada uno de estos y sostienen que los riesgos de transición son: “las pérdidas económicas asociadas al cambio hacia una economía baja en carbono«.

Siguen examinando que es necesario esfuerzos importantes para la transformación hacia una economía verde y para llegar al objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París.

En cuanto a esto mantienen que: “No todas las regiones y países están descarbonizando sus economías al mismo ritmo. Los países tienen diferentes políticas en vigor y diferentes combinaciones energéticas. Las intensidades de carbono están disminuyendo a diferentes ritmos en todo el mundo.

«Además de los riesgos de transición existen los físicos, que son aquellos que se refieren a las posibles pérdidas financieras y económicas ocasionadas por eventos relacionados con el cambio climático, acerca de estos, Hervé Chatot y Gaël Binot dijeron que poseen impactos visibles a través del aumento de las temperaturas que irritan los fenómenos meteorológicos extremos tales como inundaciones, tormentas, incendios forestales, sequías, temperaturas extremas.

A la vista está que los fenómenos meteorológicos extremos se producen con una frecuencia y gravedad cada vez mayores a medida que se acelera el cambio climático, es evidente que el impacto general es cada vez más alto, así como los costos por los daños, incluyendo las pérdidas financieras, económicas y humanas.

Es crucial destacar que, aunque el cambio climático es un fenómeno global, no afecta de igual forma en todas partes.

El estudio «Coste humano de las catástrofes – Balance de los últimos veinte años 2000-2019» informó que el número de catástrofes naturales y las pérdidas económicas asentadas en los últimos veinte años han aumentado notablemente en comparación con los anteriores, pero no todos los países están expuestos a las catástrofes naturales de la misma manera.

LOS INVERSORES TAMBIÉN SE VEN AFECTADOS

No existe duda de que el cambio climático significa una gran amenaza para las economías mundiales, ya que está acelerando el surgimiento de catástrofes y no todos los países están arriesgados de la misma manera ante estos, algunos son más propensos a los riesgos físicos y otros a los riesgos de transición.

En este aspecto, Hervé Chatot y Gaël Binot agregó que: “Los inversores de bonos deberían tener en cuenta los riesgos climáticos en sus procesos de inversión y en sus decisiones de asignación de activos, dado su impacto en una variedad de factores económicos» y enumeran cuatro posibles fenómenos que impactarían en la economía.

Inflación: el cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono afectará a la combinación de energías, haciendo subir los precios.

Crecimiento: los costos de los daños a largo plazo de los fenómenos meteorológicos extremos y los costos económicos asociados a la transición ecológica deberían pesar sobre el crecimiento a corto plazo. Aun así, se cree que para los países que emprendan la transición energética a un ritmo acelerado, el balance de estos riesgos será positivo más allá de 2030.

Política de inversión y mitigación: el cambio a una economía con bajas emisiones de carbono no es sólo un riesgo para los inversores, sino también una fuente de oportunidades, ya que se necesita una gran cantidad de inversiones en tecnologías verdes para financiar la transición climática. La inversión pública debe aumentar para reforzar la resistencia de las economías locales.

Riesgo social: el calentamiento global aumenta los riesgos asociados a la migración y los conflictos sociales en los países más pobres. En 2050, si no se toman medidas en cuanto al tema climático, podría haber hasta 143 millones de personas en las regiones en desarrollo que se convertirían en migrantes climáticos, este cambio meteorológico podría empujar a otros 100 millones de personas a la pobreza en los próximos quince años.