Cuando se habla del primer encuentro sexual que experimentan las personas (tanto hombre como mujeres), se hace tomando en cuenta que es el acto de este tipo que más representa e importa en la vida de cualquiera. Un acto, por cierto, que marca la vida de cada individuo, sobre todo si se trata de uno no del todo grato.

Un mal primer acto sexual tiene la capacidad de arruinar las expectativas de lo que representan las relaciones sexuales para cada persona. Al contrario el impacto es igual, pero desde el punto de vista positivo: estudios realizados en la Universidad de Tennessee (Estados Unidos) revelan que las personas que se sienten amadas y respetadas desde su primera relación sexual lo hacen calificando sus posteriores encuentros sexuales como satisfactorios.

Otra investigación, esta vez corrida por el departamento de psicología de la Facultad de Medicina de Dunedin, indica que la inseguridad, las frustraciones, los miedos o la ansiedad generados por una mala primera experiencia sexual pueden perjudicar tanto al orgasmo como al deseo sexual mismo, pasando por la excitación.

Una primera relación sexual decepcionante pude generar, en hombres, problemas mayores como la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. En las mujeres, por su parte, puede generar vaginismo o anorgasmia.

Expertos recomiendan que, si se tuvo una mala experiencia al inicio, es importante recordar siempre que no todas las parejas sexuales son iguales y que se pueden explorar nuevas sensaciones, sobre todo hablando con el ser querido. En todo caso, también se puede acudir a psicoterapeutas cuya especialidad es ayudar a superar este tipo de traumas.