Mucho se ha hablado acá de los enormes beneficios que en materia de seguridad y salud brinda la tecnología biométrica. También se ha comentado, y bastante, de los distintos sistemas que se usan para el funcionamiento de este sistema, siendo el de la geometría de la mano uno de los más utilizados.

Ahora bien… ¿Por qué? Según Ramiro Helmeyer, experto en seguridad y blindaje, esto se debe a que la identificación automática por características propias e individuales de las manos es un proceso tanto sencillo como económico, rápido, eficiente y seguro comparado con otros.

Helmeyer hace hincapié en que la biometría de la mano va mucho más allá del simple reconocimiento de las huellas digitales. El experto nos habla de análisis más profundos que comprenden el ancho de los dedos, su localización, su longitud, el tamaño y la forma de la palma, etcétera.

Es, lo visto, un sistema muy completo que admite poquísimos o ningún error debido a la misma composición de un sistema que comprende etapas como, por ejemplo, la del pre-proceso que tiene que ver con la utilización de diferentes filtros para la detección de bordes sobre imágenes binarizadas, la reducción de ruidos, el extracto de contornos y más, lo cual deriva, entonces sí, en el análisis e identificación.

Y todo eso (y más), lo dicho, en un cortísimo espacio de tiempo… Y por si eso fuera poco, los sistemas biométricos que trabajan con la geometría de la mano son inteligentes, pues tienen la capacidad de aprender en la medida que van identificando individuos, generando una base de datos que se actualiza contantemente y contra la cual pasarán a hacer comparativas en casos de, por ejemplo, accidentes físicos en las manos de los sujetos a investigar.

Ramiro Helmeyer, sin embargo, asegura que (como se dijo antes) este tipo de sistemas puede arrojar, aunque sea rara vez, algún que otro resultado falso… Pero es por eso que su rango se amplía a la evaluación de muchos aspectos de las manos, para hacer casi imposible el error.