En el ámbito actual dos tendencias comienzan a ganar terreno apresuradamente: las alianzas y la economía colaborativa. Es muy probable que la gran responsable del auge de la economía colaborativa como modelo de negocio rentable haya sido Uber, la polémica aplicación que se basa en el alquiler de vehículos con chófer que ha desatado polémicas en varias ciudades del mundo.
La economía colaborativa se basa en el aprovechamiento de recursos subutilizados para el beneficio de todas las partes. Así, en el caso de propuestas como Uber, conductores ponen a disposición sus vehículos para trasladar a personas que llevan la misma ruta, mientras ganan dinero por ello y aportan un servicio útil a otras personas.
En España el concepto de la economía colaborativa ha crecido vertiginosamente y en la actualidad más de 70% de los ciudadanos ibéricos están dispuestos a subarrendar sus bienes o servicios, con la finalidad de conseguir algo de dinero extra, una alternativa que, de cara a las condiciones económicas, no es nada despreciable.
La recuperación de espacios, el alquiler de estas áreas para la organización de eventos y conceptos que le permiten a los chefs emergentes llevar a los comensales a sus hogares, para ofrecerles una grata velada y ganar algo de dinero con ello, son algunas de las opciones que han surgido hasta el momento. La lista de startups que giran sobre la base de estas ofertas es enorme.
