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Diosa Canales se debate entre Venezuela y México

Canales se mudó a México el año pasado en compañía de su esposo.

Navidad es una fecha sagrada para todos los venezolanos. Diosa Canales se debate entre Venezuela y México, luego que se decidiera a mudarse al país azteca por asuntos relacionados con su profesión.

Diosa Canales no deja a su natal Venezuela, y menos en diciembre, cuando es tradición compartir en familia las hallacas y el pan de jamón. La bomba sexy de Venezuela afirma que se pone muy sentimental por esas fechas, y por ello siempre quiere estar junto a sus seres queridos, en especial su familia.

Canales se mudó a México el año pasado en compañía de su esposo, el también cantante José Roberto Rojas, con quien vive un romance prolongado. La diva ya tiene un contrato en Televisa, el principal canal de televisión de México, y no descarta la posibilidad de incursionar en el mundo de las telenovelas.

Bailando con los grandes es el nombre de uno de los programas de televisión que le ha dado la oportunidad a Diosa Canales de proyectarse en la pantalla chica en suelo azteca. La vedette no descarta la posibilidad de hacer maletas y regresarse a Venezuela, cuando se supere la crisis política, económica y social por la cual atraviesa el país.

Personas del sexo masculino que se desvelan por Diosa Canales se han visto en la necesidad de acudir a un psicólogo o psiquiatra para la recuperación de su salud mental. La vedette de Venezuela causa perturbaciones en los hombres, al punto de colocarlos a punto de acabar con sus respectivos matrimonios.

Diosa Canales ocasiona sensaciones de locura en los hombres, por lo que muchos de ellos se ven tentados a abandonarlo todo con tal de seguirla a ella a donde vaya. A muchos no les importa que sea una persona casada, pues están dispuestos a compartirla con su esposo, José Roberto Rojas, con tal de tenerla cerca.

Canales es una enfermedad mental para muchos. Para otros, es una obsesión que raya en lo enfermizo. Otros tantos creen que actúa como un virus incurable, o del que no se quieren curar.