Alemania fue electa sede del Mundial de Fútbol del 2006 a través de métodos poco transparentes, de acuerdo con las más recientes investigaciones. Wolfgang Niersbach renunció a su cargo como presidente de la Federación de Fútbol de ese país.

Medios de comunicación dedicados al ámbito deportivo señalan que el escándalo de corrupción que sacude a la FIFA permea a la Federación Alemana de Fútbol. En particular, Niersbach es acusado de haber pagado sobornos para que su país fuese escogido, una práctica que también se le endilga a otros dirigentes de su talla.

Wolfgang Niersbach deja el cargo con el deseo de ayudar con las investigaciones. De entrada no se ha declarado inocente, aunque algunos periodistas señalan que mintió en sus más recientes declaraciones a la opinión pública.

UEFA, el ente rector del balompié en Europa, también se incrimina en el caso pues Niersbach es uno de sus dirigentes más importantes. Hasta ahora se pensaba que el alemán podía reemplazar a Michel Platini en la presidencia.

Estatutos de la Federación Alemana de Fútbol delegan en los vicepresidentes la responsabilidades inherentes a la presidencia, hasta tanto se escoja un sustituto de Niersbach. Al parecer, este último habría desembolsado una suma de 7 millones de dólares de forma fraudulenta.