FIFA, la Federación Internacional de Fútbol Asociado, ha visto caer severamente su reputación en lo que va de año. Su presidente, Joseph Blatter, insiste en su inocencia ante los escándalos de corrupción que han tomado por asalto los titulares de los principales diarios del planeta.

Joseph Blatter, quien fue reelecto para un nuevo período el pasado mes de mayo, anunció de manera sorpresiva que entregará el cargo a principios del próximo año a quien resulte electo en las venideras elecciones. A juicio del dirigente, el balompié internacional no es un deporte corrupto como muchos han querido hacer ver.

BBC, la televisora pública de Gran Bretaña, interrogó exhaustivamente a Blatter en una entrevista que se dio a conocer a través de sus canales y las redes sociales. El suizo señala que los hechos de corrupción, como el pago de sobornos, manchan sólo la imagen de algunos dirigentes del fútbol, no de la institución como tal.

Dirigentes como Chuck Blazer se enriquecieron a costa de la FIFA, según las investigaciones realizadas en conjunto entre Estados Unidos y Suiza. En Norteamérica han pedido la extradición de varios de ellos, como por ejemplo el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel.