Las estadísticas demuestran que el impulso de las compras online sigue en auge y esta podría ser una tendencia que, tarde o temprano, desplace definitivamente a la dinámica en la que los consumidores han adquirido los artículos que les interesan desde siempre. Sin embargo, y a pesar de que muchos coinciden en el éxito garantizado del ecommerce,
muchos portales online fracasan y hay que tener muy en cuenta el por qué.

Una de las principales causas es anteponer el diseño por encima de la intuitividad de la página. Una tienda online persigue como principal objetivo vender y, aunque es importante que nuestra web tenga una apariencia agradable, lo estético no puede estar por encima de una navegación sencilla, intuitiva y amigable que lleve a nuestros compradores paso a paso a concretar el proceso, sin molestias, dudas o frustraciones.

Hay que optimizar el funcionamiento de la web antes de aspirar a manejar un tráfico enorme. Muchas personas que inician en el negocio del ecommerce piensan que el éxito de su página está en el índice de visitas que reciba diariamente, pero si la plataforma no está optimizada para soportar esta demanda de internautas, de nada servirá el tráfico. Es importante acondicionar primero el portal, antes de emprender enormes campañas de difusión.

El diseño web no es definitivo. Siempre es importante hacer cambios, ajustes y actualizar las características de nuestro portal de tal modo que se adapten a las tendencias y gustos de las personas que nos visitan.