La generación del milenio supone una disyuntiva para los expertos en marketing: aman las marcas, pero detestan la publicidad, entonces la gran interrogante es: ¿cómo vender sin venderles? Una de las demandas de esta generación hacia las marcas es que tengan un mayor compromiso social y humanitario y es allí donde el content marketing hace su juego.

Muchos marketeros miran con renuencia la posibilidad del marketing de contenidos como la salida a las marcas y empresas de cara a los años venideros. Cada vez más compañías recurren a la premisa de vender sin vender, para de ese modo lograr el engagement con sus seguidores y ganarse un lugar en el corazón de los consumidores.

Oreo es, muy posiblemente, una de las marcas que maneja con mayor pericia esta premisa, por eso se encuentra en el primer lugar de las marcas alimenticias en materia de marketing. Apelando a valores como el amor de madre, la nutrición, la infancia y la familia, las galletas norteamericanas han logrado meterse en el bolsillo a muchos, haciendo alarde, además de un concepto publicitario brillante.

Buena parte de la publicidad que llega a los millones de hogares que sintonizan el Super Bowl, fuera y dentro de los Estados Unidos, también está inspirado en esta nueva iniciativa de contar historias en torno a la marca, que garanticen su posicionamiento y lograr visibilidad en el público. Volkswagen, Apple, Doritos y Coca-Cola son algunas de las empresas que han logrado lidiar con éxito con el marketing de contenidos.