Una de las más comunes recomendaciones que hacen los expertos en community management es que tanto las empresas como las marcas y celebridades deben saber reír de sí mismos en social media. Nada se ve peor que despublicar silenciosamente un tweet errado que se ha hecho viral por su torpeza, manejar una crisis reputacional fingiendo que las cuentas han sido hackeadas o responder al bochorno con publicaciones agresivas y cargadas de amenazas.

Bill Cosby, comediante norteamericano de 77 años y protagonista de la exitosa serie de televisión de los ochentaThe Cosby Show, trató de reírse de sí mismo, pero lo que comenzó como una divertida iniciativa acabó removiendo escombros del pasado y generó una crisis reputacional que el propio actor no sabe cómo afrontar y no hace otra cosa que guardar silencio ante las cada vez más crecientes críticas y acusaciones.

Todo comenzó con el hashtag #CosbyMeme en el que el actor invitaba a los seguidores de su cuenta oficial enTwitter a crear un meme con una de sus fotografías, características por las divertidas expresiones faciales del comediante. Cientos de memes fueron creados, pero todos ellos con un terrible matiz: acusaban al intérprete de depredador sexual y sacaban a relucir las múltiples denuncias de abuso sexual que tiene desde hace unos años atrás.

Como un castillo de naipes, todo desencadenó un desafortunado efecto que trajo serias repercusiones para el actor. Netflix canceló el programa Bill Cosby 77 que estrenaría luego de Acción de Gracias, NBC canceló una serie que el actor protagonizaría, y TV Land sacó de su parrilla de programación el espacio The Cosby Show, sin decir ni una sola palabra a sus televidentes.