Una de las grandes novedades del iPhone 5S por encima de sus antecesores en la familia de smartphones de Apple es su dispositivo Touch ID para identificar las huellas dactilares del propietario del equipo y así legitimar el acceso a los contenidos del teléfono. Lo que al momento de su lanzamiento resultó toda una curiosidad atrayente, pronto se convirtió en una decepción debido a la inestabilidad del sistema.

Con la llegada del sistema operativo iOS 7 y este, aparentemente infalible, mecanismo de seguridad, muchos usuarios nuevos sintieron que tenían la motivación que les faltaba para hacerse con un iPhone y sumarse a la gran familia de usuarios Apple.

A las pocas horas del lanzamiento del teléfono inteligente, un video que mostraba la vulnerabilidad del Touch ID ponía en ridículo a la empresa de Cupertino. A esto se sumarían cientos de quejas de usuarios que debían configurar cada tanto la herramienta para ingresar al sistema y algunos, cansados de su inestabilidad, sencillamente optaban por desactivarla.

iOS 7.1 ya asomaba algunas mejoras en el rendimiento del Touch ID y con iOS 7.1.1 los problemas parecen haber desaparecido del todo. Aparentemente Apple consiguió hacer que el dispositivo escanee más veces la huella a una mayor velocidad para reducir el margen de error que antes imposibilitaba la conexión.

El Touch ID seguirá teniendo un lugar dentro de los dispositivos móviles de la empresa californiana. Apple ha comprado la empresa Authentec, una compañía especializada en el desarrollo de este tipo de herramientas de reconocimiento de autenticidad, lo que podría traducirse como que el scanner de huellas digitales podría incorporarse al iPad. A esto hay que sumar el interés que presenta la compañía de Tim Cook en el cristal de zafiro, material con el que se construye el lector. Será necesario esperar a los anuncios de junio para saber si las sospechas son ciertas.