Vogue fue la carnada y Emma Appleton la presa. Este fin de semana la modelo británica compartió en su cuenta de Twitter una captura de pantalla de su celular donde puede verse un chat enviado desde el servicio de messenger de Facebook en el que el fotógrafo Terry Richardson le ofrecía una portada en la conocida revista de modas a cambio de una noche de sexo.

Candice Marks, portavoz del fotógrafo considerado como uno de los mejores del mundo, desmintió los hechos y aseguró que la cuenta desde la que fue enviado el mensaje es una cuenta falsa, que no está administrada por el verdadero Terry Richardson. Como era de esperarse, Appleton recibió toda serie de mensajes, en especial críticas, por considerar que la chica sólo quería darse un poco de publicidad a costas de la difamación del fotógrafo.

Instagram fue el medio que escogió Appleton para la réplica, ya que muchos aseguran que tras el ataque la modelo tuvo que cerrar su cuenta en Twitter. Allí la chica aclaró que sus intenciones no eran las de conseguir revuelo o visibilidad en los medios y que sólo denunciaba los hechos irregulares que suceden día tras día en el mundo del modelaje, y que algunos talentos callan por temor o por la ilusión de conseguir impulso en sus carreras.

Terry Richardson ya ha enfrentado situaciones similares en el pasado. En marzo, un grupo de modelos dio a conocer la campaña #NoMoreTerry con la que pretenden boicotear el trabajo de este fotógrafo estadounidense conocido como un «depredador sexual», que muestra un comportamiento poco ético durante las sesiones de fotos que lleva a cabo.

Alice Louise es una de las modelos que integran la iniciativa. La chica de Londres declaró a The New York Post que el trabajo de Richardson es misógino y que además promueve la violación y el maltrato hacia la mujer. Un grupo de modelos hacen un llamado de consciencia para que las revistas, empresas y celebridades que contratan los servicios de este hombre tomen consciencia de su despreciable conducta.